viernes, 5 de marzo de 2010

Raúl Porras Barrenechea

El historiador que hizo historia
Sáb, 20/06/2009 - 20:46
Por Antonio Rengifo Balarezo
El canciller de la República y prestigioso historiador Raúl Porras Barrenechea pasó a la historia y sorprendió al mundo político con su voto a favor de Cuba revolucionaria el 23 de agosto de 1960 en la reunión de cancilleres americanos en San José de Costa Rica. Contradijo al representante del gobierno norteamericano que promovía la condena a la Revolución Cubana y, además, desobedeció la orden del presidente Manuel Prado. Era la época en que el gobierno norteamericano manejaba a la OEA como si fuese su Ministerio de Colonias.
Porras presidió la delegación peruana enviada a la Conferencia de Cancilleres Americanos efectuada en San José de Costa Rica para coordinar la acción diplomática a tomarse frente al gobierno revolucionario cubano.
El presidente Manuel Prado Ugarteche lo nombró Canciller de la República el 4 de abril de 1957. Porras juramentó en su propia casa por prescripción médica. Sobreponiéndose a sus problemas cardiacos, ejerció el cargo dignificando a la diplomacia peruana.Sin embargo, cuando regresó a Lima, luego de su valiente actitud en defensa del principio de no intervención, fue desairado apenas tocó suelo peruano. En el aeropuerto no lo recibió el edecán del Presidente. Porras presentó su carta de renuncia el 12 de septiembre de 1960. A los pocos días, el 27 de septiembre, un infarto segó su vida.
En reconocimiento a la actitud de Porras, el gobierno cubano envió una ofrenda floral al velatorio en el palacio de Torre Tagle, sede de la Cancillería. (Hubo intentos por ocultar la tarjeta del remitente de dicha ofrenda).
Para Porras era inadmisible la imposición del gobierno norteamericano e inmoral condenar a la Revolución Cubana; no por ser izquierdista o socialista; sino, simplemente, porque fue un hombre de principios. Y como tal, desobedeció la orden del presidente Manuel Prado. Un hombre de principios es la antítesis de un hombre pragmático. El pragmatismo es la filosofía ausente de valores, propia del capitalismo en la etapa imperialista. Tiene como insumos el individualismo y la inmediatez.
La defensa del principio de no intervención fue sustentada por Porras con una revisión histórica de lo actuado por la diplomacia peruana. Brindó una clase magistral a los cancilleres americanos. Algunos pasajes del discurso de Porras fueron exhibidos en los cines de Lima como parte del acostumbrado resumen noticioso. Los asistentes se ponían de pie y aplaudían dicho alegato.He aquí dos fragmentos de la apología de Porras al principio de no intervención y de la libre determinación de los pueblos:
“El Perú ha declarado en las Naciones Unidas así como en las Conferencias de Cancilleres de Washington y Santiago, su adhesión invariable al principio de no intervención venga esta de donde viniere, su respeto a la personalidad del Estado como base del orden internacional y a la libre determinación de los pueblos. Ha declarado, asimismo, reiteradamente, que considera como base del sistema democrático la promoción del desarrollo económico de nuestros pueblos, la elevación del nivel de vida de los trabajadores latinoamericanos continuamente acechada por la agresión económica que significa la política de cuotas y subsidios y la instauración de un nuevo interamericanismo contrario a todas las formas de explotación que promueva el mayor adelanto industrial y el amplio disfrute, por parte de nuestros pueblos, de sus riquezas naturales”.
Tanto al gobierno norteamericano y a los cancilleres les recuerda, con elegancia y contundencia, que la condena a Cuba era una violación de la propia Carta de la OEA:
“El artículo 15 de la Carta de la OEA establece que ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, ya sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro, y agrega terminantemente que este principio excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o dependencia atentatoria de la personalidad del Estado y de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen”.
Raúl Porras, el otrora paladín solitario clavó un hito histórico primigenio con su singular actitud, que ahora se cierra con otro hito histórico puesto por la XXXIX Asamblea General de la OEA, reunida el 3 de junio en San Pedro Sula, Honduras, al revocar la suspensión de Cuba de ese organismo y quedar sin efecto la Resolución VI adoptada el 31 de enero de 1962 en la VIII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores en Punta del Este, Uruguay.
Al quedar sin efecto la referida Resolución VI, la OEA ha reparado un error cometido contra el gobierno de Cuba e, indirectamente, también es un desagravio póstumo a Raúl Porras, un hombre de principios y Maestro de la Juventud universitaria de San Marcos.
FUENTE: LA REPÚBLICA

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