APARICIO POMARES
Héroe Andino de la Batalla de Jactay
Por: Emiliano Flores Trujillo
Este 6 de agosto se cumple 133 años de la
memorable batalla de Jactay protagonizados por los campesinos de la provincia
de Yarowilca y los invasores chilenos, y es justo recordar la acción heroica de
Aparicio Pomares y de otros héroes anónimos que lo acompañaron.
El historiador José Varallanos en su libro
Historia de Huánuco (1959) negó la existencia física de Aparicio Pomares y el
lugar de su nacimiento en el antiguo distrito de Chupán, sin embargo en su
libro La Guerra con Chile y Huánuco (1988) reconoce con el nombre de Asencio
Aparicio, el principal abanderado de la batalla de Jactay y fue sepultado en
una capilla de Chupán. Pero Ezequiel Saturnino Ayllón (1920) afirma que tal
Aparicio Pomares “fue el indígena de Chupan”; de igual manera Rubén Berroa
(1934) sostiene que fue “natural de Chupán”; del mismo modo Teófilo de la Mata
Funegra (1951) y Jorge Basadre (1981)
afirma que el héroe de Jactay fue natural de Chupán y se llamaba como tal.
El mayor EP (r) Eduardo Mendoza Meléndez
(1981:242) describe mejor la participación activa durante la guerra con Chile
cuando dice que Aparicio Pomares “es probable que se batiera como soldado raso
en la Campaña del Sur. Enrolado en el batallón Huánuco, tomó parte activa en
las batallas de San Juan y Miraflores. Desmovilizada su unidad, no tardó en
plegarse a la resistencia breñera. Concurrió a la batalla de Huamachuco
formando el batallón Huallaga del
agrupamiento Recavarren; y fue de los últimos en abandonar el campo. Siguiendo
el camino incaico, Pomares regresaría luego a su provincia domaína, sabedor de
que allí todavía operaban las tropas enemigas de Arriaga”.
“Organizó un aguerrido grupo de combate y se
convirtió en el abanderado de las guerrillas de Loarte. El 8 de agosto de 1883,
casi un mes después de Huamachuco, a la vista de la ciudad de Huánuco,
concurrió al combate de Jactay, brillando con luz propia como el más insigne de
los combatientes”. Eduardo Mendoza basa
sus afirmaciones después de haber tamizado acuciosamente los archivos militares
de la Guerra con Chile, principalmente de los héroes de la Campaña de la Breña
bajo la conducción de Andrés Avelino Cáceres.
Es precisamente fue Aparicio Pomares el que
organizó en la planicie de Julcapampa la partida de los campesinos de los
distritos del antiguo Chupán y de los distritos de Chavinillo, Cahuac y Obas de
la nueva provincia de Yarowilca y enrumbó por el camino que conduce a toda
cumbre a la ciudad de Huánuco. La batalla de Jactay del 8 de agosto fue
presenciada por toda la población de esta ciudad de Huánuco. Ezequiel Saturnino
Ayllón y un tal Ubillus afirman en sus documentos escritos haber visto la
batalla a la edad de 8 años. Años más tarde en 1888 el primero de los nombrados
viajó al pueblo de Chupán a visitar a su hermano Antonio y observó la tumba de
Pomares en una capilla, a la viuda y sus hijos.
En 1946, al tumbarse la capilla de San Sebastián
en Chupán hallaron los restos de héroe y desde la ciudad de La Unión viajaron
el inspector de Asuntos indígenas Jorge R. Vidal, el Subprefecto de la
provincia de Dos de Mayo, Rubén Orduña y el párroco Ricardo Vásquez, quienes
ordenaron el entierro de los restos de Pomares en el altar mayor de la Iglesia
Matriz de Chupán. Las botas halladas de Pomares fueron llevadas a la ciudad de
La Unión, capital de la provincia de Dos de Mayo. Posteriormente las botas de
Pomares fueron adquiridas por la Sociedad Patriótica Pomares (1951) que
presidía el educador Teófilo de la Mata Funegra. Así narró en uno de sus
discursos pronunciados por Teófilo en el Obelisco de Jactay en 1959 y así nos
relataron en 1983 el anciano Fortunato Gonzales (79) y Honorato Borja Omonte
(75). Y del mismo modo narró en 1985 el señor Víctor Visag Sánchez, tesorero de
la Sociedad Patriótica Pomares.
En: Voz Regional, Huánuco: Setiembre 2016